sábado, 22 de mayo de 2010


Yo no te quiero olvidar, no soy un tibio en esta historia. Yo no te voy a olvidar aunque hagan polvo con tu obra. Yo quiero darte un lugar, yo te voy a rescatar. Yo te voy a transportar desde las sombras a mi corazon. Yo no te quiero olvidar, vos ya sos parte de mi historia. Tu luz me va iluminar aunque hagan polvo con tu obra. Tu luz me va a iluminar ya no te quiero dejar. Yo te voy a transportar desde las sobras a mi corazon.
Yo no te quiero dejar
Yo no te voy a olvidar
Yo te voy a transformar
Yo no te voy a olvidar
Yo no te voy a dejar



Tu sonrisa se hizo el pan con dulce de mis mañanas, todavia no se nombrar este amor que me desarma.


Creo que nadie puede dar una respuesta, ni decir que puerta hay que tocar. Creo que a pesar de tanta melancolía, tanta pena, tanta herida, solo se trata de vivir.



Presiento que vas a llegar para quedarte pero mientras tanto no puedo olvidarme de lo que puede ser y aún no ha sido del tiempo que me roba mi destino, hasta que se decida a cruzarme contigo.



No hubo silencios. Todo recuerdos. Confidencias de los años recientes. Confesiones de lo que queríamos que fuera y no fue. Miradas cómplices que me devolvían a esos momentos y besos que robaron los últimos años de mi vida. Besos conocidos que se hacían eternos y que desembocaron en caricias para que mis manos recorrieran de nuevo caminos ya transitados. Una noche más, bajó las persianas de mi cuarto. Y ha vuelto a levantarlas muchas mañanas más en los últimos días. Nos encontramos seguido en la vida, y en mi cama muchas noches. Entró una vez más en mi alma, con más de lo mismo pero no igual. Las segundas partes no siempre son tan malas, y porque aunque Sabina se empeñe en lo contrario al lugar donde has sido feliz, a veces es conveniente volver, aunque solo sea para no olvidar.