miércoles, 11 de marzo de 2009


Te acostumbraste a recibir migajas de amor, A limitar el cariño que nace. Te acostumbraste a vivir con lo poquito que te daban, Tan solo pasión, momentos comprimidos. Cuando nos conocimos, tal vez pensaste Que mi amor era igual al amor vivido, Me amaste por encima, y cuando te presenté mi amor, Te asustaste, te dio miedo al ver tanto amor, Al verdadero amor. El amor limpio y sincero, el amor transparente, El amor sin límites. Ese amor que te di, y no quisiste, Porque estabas acostumbrada a las migajas de amor, Y yo te puse el manjar en su plenitud, Y no te atreviste a probar lo bueno, lo verdadero. Te asusto el amor, y si antes hubiera sabido, Te hubiera dado, tan solo migajas, Y segura hubiera evitado, el sufrimiento De estar enamorada. El amor es de los valientes, No de los cobardes.