miércoles, 11 de marzo de 2009
Dalila
En la palestra de desconocidos buscó a su lado el calor y simulando mojarle el oído le besó el cuello y le dijo. Me gustas tanto quisiera aprenderme tu nombre Me gustas tanto que no sé por donde voy. Me le acerqué suspicaz y le tendí un anzuelo Vamos a fumar un porro ahí. Me gusta verte reír me gusta tanto tu coqueteo. Me gusta verte reír me gusta tanto tu coqueteo. Tengo una idea, no me hables de tí y mucho menos de tu pasado Algo en tus labios color carmín sugiere que vayamos al grano.